Hostal Costa Sol en CASTELL DE FERRO

Muy familiar. Camareros esmerados.Recomendable

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Para el precio que tiene, una habitación bastante amplia, limpia y completa, y con una terraza hermosa con vistas preciosas a la playa. Lo mejor la comida y el servicio, todo delicioso y servido rápido. Única pega no hay ascensor, pero bueno como estamos en 2 planta tampoco es problema. Volveremos

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Una experiencia muy agradable. No es necesario mobiliario nuevo, ni tan solo instalaciones actuales. Es cuestión de buen servicio y mimar los detalles. El menú del restaurante con productos de buena calidad y muy frescos. Pero si algo quiero resaltar es la buena atención recibida por los camareros, aún estando desbordados de trabajo. Aún así, han sido muy amables, simpáticos y muy profesionales... Y valorar que es un establecimiento que admite mascotas. Muy apreciado por los que somos amantes de los animales. VOLVEREMOS!!!

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Nos tocó la 5° planta sin ascensor, culpa mia por no leer bien los servicios del Hostal. Eso es lo de menos ya que por el precio que tiene, no se podía pedir mucho mas. El problema que veo es que la Recepción se encuentra en la 1° planta junto a la cocina, que desprende mucho olor a fritanga que sube hasta la 2° y 3° planta, suerte que en la 5° no subía el olor. La habitación estaba bastante bien, limpia y con aire acondicionado, cosa que se agradece al subir andando en plena ola de calor. Las vistas eran al mar y disfrutamos de la terraza mas grande del Hostal. Otra cosa negativa es la ducha, te tienes que pone fuera del plato en una esquina para que el agua no se salga al suelo, sería mejor invertir en una mampara porque así se ahorraría en limpieza. Si no te importa subir escaleras, está bien para pasar unos días económicos en la zona.

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El hostal no tiene ascensor y consta de 5 plantas... si vienes cargado con maletas o niños tienes un problema para subir... la recepción se encuentra en la primera planta, junto a la cocina, la cual está siempre abierta y todo el olor de la comida sube para las habitaciones. Es un edificio muy antiguo.

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Muy amable y paciente el camarero de la terraza, a pesar de estar solo y con mucho jaleo entre la procesión y temporada alta. Se recomienda reservar. La parrillada de pescado y el cóctel de gambas y aguacate exquisitos, volveremos

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