Santa Luzía Espazio Gastronómico

Buen sitio para una cena tranquila y con no demasiadas mesas para un ambiente nada ruidoso. Una carta elaborada y bonita decoracion. Buen trato del personal, atentos y educados. Además cerca de lugares maravillosos de Cantabria como Cabezón de la Sal Cabuerniga Ucieda etc....

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Oooooolé! Te adentras en la Cantabria interior donde el cocido es el rey y de repente encuentras este precioso restaurante. Algo diferente cuidado al máximo. Desde que entras ves que estás en un sitio que juega en otra liga. Todo cuidado al detalle. La cocina es la leche. Texturas, sabores, presentación...todo de 10. El servicio es la caña y muy familiar si rompes la barrera de lo formal y estirado que se presupone en sitios similares. Gente entrañable y comida de 10 hacen que merezca la pena. Ojo!! Aún siendo cocina digna de estrellas y demás premios, en este caso no te vas a quedar con hambre. .....si quieres saber más y sorprender a tus invitados o acompañantes NO TE LO PIERDAS!!!!! 35 pavos por cabeza a todo trapo. Enhorabuena a la dueña y a su equipo. Volveremos!!!!

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Bueno, pues como ha dicho algún comensal anteriormente, 5 estrellas es poco... el paraje en el que está situado ya es mágico, y cuando atraviesas la puerta, hay algo que te dice que va a ser una experiencia inolvidable. La decoración e iluminación son especiales, cada cosa está donde debe estar, donde mires, ves algo que gusta y hace sentir bien. La atención del personal, es esquisita, amable, empática, cercana y súper profesional, tanto Ana como Alberto harán de una comida aquí, una experiencia sin igual. La comida, sorprende para la zona en la que está, zona interior, en la que casi en todos los establecimientos, ofrecen cocido y carnes. La carta está escogida con mimo y muy acorde a la nueva cocina que se demanda y ofrece en las grandes capitales. El chef, Joe, salió a saludarnos y pudimos darle la enhorabuena por lo que acababamos de degustar. Desde luego, volveremos, porque, además de comer maravillosamente, se respiran muy buenas vibraciones, que, cuando sales por la puerta, te llevas contigo.

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Los platos están muy elaborados con presentación muy buena pero les falta sabor. La atención del personal muy formal pero algo descuidada, ya que en todo momento hemos tenido que ir pidiendo el agua, las bebida, los cafés, el pan.... Vamos que más que prestar un servicio ejemplar estaban un paso por detrás del cliente. Es un lugar con buen gusto decorativo más que culinario, siendo este un sitio que no te impresiona tanto como para repetir o recomendar

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Trato excepcional y comida buenisima. Tomamos el pulso braseado, steak tartar y hamburguesas de Tudanca rellenas de queso. Estaba todo espectacular y la carne de Tudanca buenisima. El restaurante tiene cuatro zonas (barra, salones, comedor y jardín), todas con una decoración de tipo vintage donde han cuidado hasta el mínimo detalle. Fuimos dos familias con niños, empezamos tomando un aperitivo en la barra, luego pasamos al comedor y terminamos tomando una copa en los salones. Los niños disfrutaron del menú para niños (niño hamburguesas de Tudanca, refresco y postre) y estuvieron súper entretenidos en el jardín donde hay un parque y porterías para jugar al fútbol. En definitiva, un restaurante de 10.

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