Restaurante la Parrilla de Tobarra

Después de 15 minutos en la barra nos fuimos sin ser atendidos

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Mejor no parar aquí a comer algo. Lo que llaman medias raciones no llegan ni a tapa, muy muy pequeñas y las patatas alioli muy duras.

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Un bar de carretera pequeño y con pocas mesas para sentarte, fuera tampoco había mucha amplitud de terraza, son rápidos en atenderte y en servir, las tostadas no estaban mal, el café sabía a quemado. El precio no estaba mal, excepto el del café, 16€ por un café churrascado, todo lo de la foto 6,8€.

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Paramos allí para almorzarcomer algo y el sitio es el típico sitio de carretera que no está mal, pero aunque los bocatas tampoco me parecieron a un precio excesivo si es verdad que pedimos un par de bocatas de panceta y un sándwich de jamón con huevo y los bocatas os los subo a continuación porqué es más bien bacon, si esto es panceta no quiero saber como es el bacon. Y la atención al público bastante pobre

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Paramos a desayunar y muy lentos, tuvimos que repetirles 3 veces que queríamos un vaso con hielo la cuenta 4 veces y para nuestra sorpresa nos pusieron un croissant que no era. Le pedimos el otro que queríamos y en la cuenta nos cobraron ambos , pese a que uno de ellos fue error suyo. penoso y miserias . 21 pavos 3 desayunos. En el baño de mujer un pestillo no cerraba y no tenían papel higiénico

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Buenas tardes! Hola buenas tardes! Ya me contesté yo: buenas tardes Celia... Cuando ya creía que era invisible dejaron de discutir entre ellos para atenderme y ponerme un café con leche en copa. Menos mal que me lo tomo todo con humor. Pero la mala puntuación os la lleváis, aunque sé que os importará poco, así que me llevo la copa.

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Al llegar esperas un restaurante de carretera y eso es lo que te encuentras, el problema viene con los precios. Nos cobraron 10,30 por dos bocadillos, que más bien son 4 picos, no se que harán con el resto del pan. Porciones pequeñas a precios de oro, nos cobraron también un sobre de mahonesa a 20 céntimos de marca acme y la atención cara al público es la justa, no ponen buenas caras pero tampoco llegan a ser desagradables. Local a reventar de moscas que no hacen más que incordiar durante la comida y con los refrescos te ponen dos hielos que más bien parece uno cortado a la mitad. Pese a los precios excesivos la comida sabe bien y parece de calidad, lo cual es una pena por no poder disfrutarla más. No recomiendo venir hasta que no se ajusten las cantidades con los precios. Por el resto, ambiente y decoración típico de bar de carretera.

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