Restaurante la Huerta

Se come muy bien, buena relación calidad y precio. Si puedes parar y comer ahí no te arrepentirás

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Digno de aparecer en Pesadilla en la Cocina. Tenía muy buenas referencias de La Huerta, por eso fui allí con mucha ilusión el día de Reyes con bastantes familiares para comer. Lo que me encontré fue un desastre en toda regla que paso a relatar: El sitio en sí no está mal, es un mesón con una decoración algo antigua pero resulta acogedor. Los problemas llegaron cuando, tras mirar la carta, hicimos el pedido a la camarera, que ya de entrada nos pareció un poco inexperta. La mujer tomó nota y, a partir de entonces, se dedicó a venir a la mesa una y otra vez para darnos decepciones. Primero llegó para decirnos que no quedaba presa ibérica. Después, para informar de que tampoco había sopa de picadillo. En una tercera visita comentó que no tenían parrillada de verduras. Y la cuarta fue para anunciar que el pollo no podía ser a la plancha sino empanado. Uno de esos viajes, no recuerdo cuál, lo aprovechó para comunicarnos también que sólo había una ración de rabo de toro y un botellín de Aquarius. Los niños, por añadidura, recibieron un zumo de melocotón pese a que lo habíamos pedido de piña. Buscamos alternativas sobre la marcha y en un momento dado llegó el chuletón, que estaba frío, absolutamente crudo y acompañado de patatas también crudas. Para maridarlo, me trajeron una copa de vino tinto con dos hielos. Le pedí a la inexperta camarera que me los quitara y alegó que es que el vino estaba del tiempo. Los platos que finalmente llegaban a la mesa no lo hicieron a la vez, ni muchísimo menos, con lo que se dio la circunstancia de que mientras la persona que había pedido rabo de toro ya se lo había acabado, los comensales que se habían decantado por el pollo empanado aún estaban a la espera. Terminó por llegar. Con patatas crudas, para no variar. A esas alturas el local olía bastante a humo, casi se podía palpar. Y seguía faltando comida. Por ejemplo unas croquetas. Cuando las reclamamos, la mujer nos dijo que no quedaban. Y seguían sin salir las albóndigas, que terminamos por anular porque a esas alturas ya estábamos más que disgustados. Así lo hicimos saber y no recibimos ninguna respuesta. Ni unas disculpas, ni un postre como cortesía de la casa después de tantos contratiempos, ni un triste chupito... De verdad que no me gusta hablar tan mal de un restaurante, porque sé que hay gente que lo primero que mira cuando quiere ir a un sitio son las valoraciones de usuarios. Pero es que era una reunión señalada para un día señalado. Y aquello, insisto, fue un absoluto desastre. De hecho, tentado estuve de examinar el local a fondo para ver si encontraba alguna cámara oculta. A veces tenía la sensación de que estábamos en uno de esos restaurantes a los que Chicote intenta ayudar en su programa Pesadilla en la Cocina, porque puede que haya formas de hacer peor las cosas, pero ahora mismo no se me ocurren. PD: Paradojas de la vida: cuando el chuletón llegó de nuevo, con sus patatas crudas pero esta vez sí en su punto, estaba magnífico.

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Pasable. Comida simplemente aceptable. Toda la comida casera pero muy mejorable. Lo más rico las croquetas. El arroz con pollo y las gambas al ajillo sin mas. La camarera un poco seca, a la mesa que llegó después les saco unas aceitunas antes de empezar a comer, y a nuestra mesa nada, esas distinciones aunque son una tonteria y conociese a las personas de la otra mesa y nosotros seamos turistas se notan mucho. Mejoraría un poco la limpieza, comimos en la terraza y el aspecto era un poco descuidado

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Comer en la huerta un menú es salir con la barriguita contenta de llena y feliz. La comida es casera y riquísima. Un negocio familiar de la zona que se mantiene en el tiempo por la excelente calidad de productos y una atención inmejorable. Los invito a comer un menú o bien a la carta. Todo espectacular y un sitio cómodo para estar a gusto en familia.

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El sitio es estupendo, los camareros muy amables, la comida esta buenísimo y la dueña, Alicia, es maravillosa y encantadora.

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Los platos combinados baratos y muy llenos. El solomillo está espectacular a 10€. El combinado de pollo empanado con croquetas y patatas a 10€. El montado de lomo es medio bocadillo a 3€. La hamburguesa completa a 5€.

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En lo que a bocadillos se refiere un 10. En lo que a raciones se refiere anoche tuve el placer de comer allí recomendado por el señor que estaba dentro de la barra nos dice que tiene: magro de cerdo, croquetas caseras y patatas fritas . Pues bien, pedimos las 3 cosas. Resulta que el magro de cerdo es carne con tomate de toda la vida, las patatas fritas recalentadas y las croquetas caseras porque lo pone en la bolsa de dónde la comprase encima de las más baratas de todas. Adjunto fotos para demostrar la verdad.

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