La Peregrina

Poca amabilidad por parte de las camareras sobre todo una morena de pelo largo...no digo que tengan la sonrisa en la cara pero es que vas a tomar un café y sientes la negatividad que desprenden lo sosas que son...en cambio ay un camarero que saluda y su trato es amable que es como tiene que ser tenían que tomar ejemplo ellas ya que dejamos de ser clientes por el trato de estas señoras

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El sitio lleno de más, un agobio, no se disfruta nada de nada. El servicio regular, tirando a malo, la barra está llena de vasos, platos....usados sin limpiar, todos amontonados, ni espacio tenemos para dejar la consumición. El pincho ni llega, ni se le espera, aunque otros están zampando a dos carrillos....y el camarero calvo quejándose de que hay mucho trabajo ....

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Es un super bien equipado con muchos productos pero, es tan pequeño que cuando hay gente es un caos. No tiene los pasillos suficientemente anchos y todo el mundo de tropieza con con todo. Por lo demás bien servicio.

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Es un lugar interesante, está divido en varias zonas de terraza además del propio bar tienen una pequeña tienda con casi de todo y la propia gasolinera. Bien en general.

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Fuimos en familia a comer en Navidad. La atención estupenda. El espacio también. En cuanto al menú, me pareció poco elaborado para la fecha. La salsa de frutos rojos del solomillo no aportaba nada, al contrario, camuflaba el sabor de la carne en lugar de potenciarlo. La ensalada se suponía que era de brotes tiernos y era todo lechuga iceberg. La sopa de marisco estaba muy buena. El botillo estaba muy bueno también. Las almejas a la marinera estaban estupendas, con una salsa muy sabrosa y algo picante. El salmón poco hecho. La tarta de la abuela aceptable, la de galletas de toda la vida. Las tarta de queso (flan de queso más bien) no está mal, poco dulce para mi gusto.

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