Hostal San Martín

Hostal situado en un paraje idílico, visita en febrero. El rio Duero helado en la vera, precioso. Tambien los paisajes de alrededor de la población. El trato del personal muy familiar y agradable. Las habitaciones con buena limpieza. Cualquier cosa que necesites solo tienes que pedirlo y en la medida de lo posible te ofrecen su ayuda. Volveremos en verano...Un fin de semana no da para mucho...

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Estuvimos solo una noche porque hicimos una ruta por la zona. Y qué pena que solo fuera una noche.. es un sitio muy acogedor. La habitación muy calentita, y nos trataron muy bien. Llevamos un bebé de 8 meses y se adaptaron a todo para que estuviéramos cómodos. Hasta nos abrieron la cocina para hacernos algo de comer. Por la noche bajamos a cenar y un personal de 10. La cocinera encantadora, además llevábamos a nuestro perro y es de los pocos sitios que nos dejaban tenerlo con nosotros mientras cenamos. La comida nmuy rica. Nos encantaría repetir y disfrutar de nuevo de toda su gente y de un lugar tan acogedor.

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Nos atendió Esther en todo momento, y la verdad que fue un trato inmejorable!! Lo da todo por sus huéspedes y eso se nota y se agradece mucho. Atenta en todo momento. Teníamos dos habitaciones y en una tuvimos un problema con la calefacción y en otra con la ducha y nos cambio a otra habitación. El desayuno espectacular y se puede repetir. Cenamos en el propio hostal y todo muy bueno. Cogimos tosta solomillo, tosta jamón (enormes), huevos rotos y croquetas. El pueblo es muy bonito y desde el mismo se pueden hacer varias rutas.

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Hemos estado cuatro amigos pasando el fin de semana y ha sido inmejorable. Las habitaciones eran grandes, bonitas y limpias. La ubicación es ideal, en pleno centro del pueblo y en un entorno único. Ester hizo nuestra estancia aún mejor. Siempre atenta para que no nos faltase de nada, ni con la calefacción ni en el desayuno y nos recomendó un montón de sitios para ver. Incluso nos ayudó con un problemilla que tuvimos con el coche que, por suerte, al final no fue nada. Ha sido una de las mejores experiencias que he tenido en un alojamiento turístico y no dudaría en repetir si se me presenta de nuevo la oportunidad de ir a Soria

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Pasamos el fin de semana. La habitación es sencilla pero con todo lo necesario. Desayuno muy rico y completo, tostadas, fiambre, zumo, café, bizcocho, tomate, aceite, mermelada. Ademas podías repetir sin ningún problema. El personal muy simpático y agradable.

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