Enoteca CUVERIE

Dos copas sobresalientes de vino tinto, aceitunas blandas, bolitas de queso con hierbas y un solo tiramisú. Durante unas pocas horas, eso parece increíblemente pequeño para participar, especialmente entre tanta convivencia, pero es cierto. Los vecinos iban y venían, algunos con perros y otros sin ellos. Vamos a tener que volver para ponernos al día con lo que nos hemos escapado. Hágase un favor, llámenos. No se sentirá decepcionado. Parte 2 “A veces, tanto la vida misma como todo el espíritu de un gran establecimiento pueden ser simplemente ese momento de parada, ese interludio demasiado breve, esa realización sublime de la perfección lograda mientras contempla lentamente su primer bocado de un tiramisú perfectamente hecho a mano y luego se pregunta. en el eco bañado por el sol del último remolino de una grappa siciliana acompañante. Especialmente seleccionado por el propietario como el acompañamiento perfecto. “Coverie” en el lado más tranquilo de Trastevere. Roma. Otro de los descubrimientos fortuitos de la vida.

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Absolutamente para probar si estas de paso, son marido y mujer creo, muy bien preparados, recomiendan los vinos correctos y debo decir de excelente calidad, lugar muy agradable y relajante para poder disfrutar de un excelente aperitivo, felicitaciones volveré

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Absolutamente espectacular. Enoteca de vino genuinos en Trastevere, pegado a la Basilica de Sta. Cecilia. Vinos distintos a los que conociamos, pero con buen cuerpo y acabado. Fantastica lagrima en tinto, rica selección de quesos. Estilo italiano con aire francés. Entienden bien español. Tomamos tartar con trufa y huevo delicioso servido con panne al estilo di Roma (como una costra de masa de pizza crujiente, no tostada, con una fin capa de queso), postre redondo con cannolos deconstruidos, equilibrado, envolvente y adictivo... Y en un rinconcito con encanto y un trato personal de 10. Sitio con mucho gusto y magnifica atención. Que fantástica casualidad haber paseado frente a su puerta, maxime siendo la primera visita a la ciudad de las 7 colinas, un gran cierre del primer dia en Roma. Grazie mille!

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Nos encantó este lugar. La recepción es particularmente amable (el dueño es muy sonriente y acogedor). La decoración es refinada. ¡La comida y el vino son deliciosos! ¡Un verdadero placer!

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Sabes cuando el lugar es genial, cuando la gente viene y pide docenas de botellas de vino, y eso sucede mientras estábamos en eso. Fuimos solo para el postre, pero de la conversación entre los clientes y el propietario aprendimos algo nuevo sobre el vino. Lugar obligatorio para ser visitado si eres un enólogo, pero también si estás dispuesto a sentarte y disfrutar de tu postre, copa de vino o comer algo.

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