El ibérico

Buena comida, mi salvación al llegar después de las 3 de la tarde al pueblo y no encontrar sitios de comida abiertos, buena atención y buena estancia en la terraza del lugar!

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Sitio agradable de precio hay que fijarse tienen cosas un poco caras y otras way. El chico muy majo, me puso agua para mi perrita. Todo recién echo las raciones cada día tienen cosas nuevas, recomendable pero si queréis una buena tortilla ir al pote.

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Un pésimo lugar, una carta de lo más escueta con la mitad de los platos agotados, el personal nada amable. Estuvimos esperando hora y media para 4 raciones de las que al final tuvimos que decir que las patatas bravas no las sirvieran, eso si en el ticket las cobraban. La comida salada, tarde, mal y nunca, nada ajustado a los precios que cobran , 7€ por una ración de “anillas de calamar” que en realidad son “calamares congelados”. En resumen si buscas comer bien después de una mañana de andar como peregrino 6 horas…este no es tu sitio!

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Hoy mi pareja fue a pedir dos perritos calientes conpletos(uno sin cebolla caramelizada)para llevar. En cuanto llegue a casa de trabajar lo abrimos y nos habían puesto uno completo y uno solamente con queso. El completo son 4 euros y el solo 250.Y nos lo cobraron como si fueran los dos completos y uno tan solo lleva queso, que ni siquiera se pidió eso.

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Hemos llegado a Coruña para pasar unos días de vacaciones, nos recomendaron probar la comida típica de aquí. Hemos decidido pasar la mañana por Betanzos, una localidad muy bonita, y así, probar su famosa tortilla (tortilla de Betanzos), después de pasar por varios restaurantes y no tener sitio para comer, dimos con este restaurante, cuando entramos el ambiente no era muy agradable, ya que había mucho humo de la cocina parecía que no funcionaba extractor de la cocina, la medidas del Covid-19 carecen de sentido en este local, y el personal del restaurante no habían ventilado, nos sentamos en una especie de galería que nos mandó el camarero, en la que había más mesas para comer y siete comensales, cuando pedimos la carta nos dice que tenemos que esperar que solo hay una carta y la va pasando de mesa en mensa, ya la cosa empezaba de manera peculiar, cuando ya nos llega la carta, pedimos, tardaron entre 60 y 45 minutos en servirnos la tortilla, podían tardar ese tiempo si el local estuviera a tope, pero no era así,, previamente nos había preguntado de nuevo cuál era nuestro pedido, algo que nos pareció mal...creemos que no hay un buen ambiente de trabajo en el restaurante, también parece que el camarero es novato y a veces se pierde, pero está información no la sabemos, es nuestra opinión por lo que vimos. Tomamos la tortilla, los refrescos y nos fuimos a pagar. Como dice el refrán a perro flaco todo son pulgas, no tenían cambio para darnos, tuvimos que

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