À Bolina

Lugar excepcional por la amabilidad de su personal y por su situación, bonitas vistas pero lejos del bullicio. Comida tipo raciones con buen asesoramiento. De nuestras mejores cenas en O Porto

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Genial. El trato inmejorable y la comida de lujo, muy bien de precio y riquísimo

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Ensaladas de bacalao, y tostadas (bolinhas) riquisimas. Un lugar para comer tranquilamente mirando al río. Cerca, pero suficientemente lejos del bullicio.

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Sitio perfecto para huir del agobio turístico. A 100 m del puente Luis I. Ensaladas y tapas puestas con mucho cariño, buenos vinos y mejor atención. Gracias Pedro. Excelentes las mollejas, con su salsa picante. De noche la vista del puente es espectacular. Aconsejo bajar andando por las escaleras dos Guindais y tomar una cerveza en unas terrazas que hay en su tramo final.

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Un rincón especial (nada que ver con los restaurantes comerciales que se encuentran más adelante), la comida deliciosa y el personal amable, paciente y explican a detalle los platos y bebidas, te hacen sentir en casa. Todos los platos fueron una delicia al paladar y la vista al río genial.

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Buen lugar junto al río, muy tranquilo y con ambiente y música suave y agradable. La comida es tipo reacciones muy ricas y presentación excelente. Buena carta de vinos aconsejada por el personal muy atento y amable. Nos encantó.

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Los camarer@s muy atentos y amables. La comida muy buena y el ambiente agradable y más tranquilo que al otro lado del puente. Lo recomiendo 100%

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Descartaría la atención del camarero; amable y profesional. Nos explicó la carta al detalle y dominaba varios idiomas. Las tapas son de comida casera, servida en raciones pequeñas pero más que suficientes. El mejor sitio para comer a la orilla del río.

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Simplemente espectacular. Es la primera vez que visito Porto y tras un par de días comiendo en los “típicos” sitios de la ciudad, los cuales no están mal, llegamos a este pequeño local, muy acogedor donde los empleados te hacen sentir como en casa. A parte del trato exquisito, los platos son toda una delicia y la amplia carta de vinos mejor aún. La auténtica sorpresa llegó con la cuenta, mucho más reducida de lo esperado. Sin duda es un local de obligada parada en Porto.

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