Barbillón Oyster

Es una lástima que para que unos pocos puedan matarse lentamente y el restaurante no pierda esa clientela, los demás no podamos disfrutar una cena veraniega en la bonita terraza sin que todo nos supiera a humo: estuvimos rodeados de fumadores dándole continuamente, ni un respiro. Uno de ellos con pipa, para añadir más entropía. Por lo poco que pudimos saborear, las alcachofas buenas, los solomillitos buena relación calidad precio, el canelón de solomillo no merece la pena a ese precio, y las bebidas carísimas (un agua 4.50€)

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Musica inexplicablemente alta. Nos amargaron la cena...no pudimos ni hablar ni oirnos....les dió igual que les pidiéramos que bajaran la música en repetidas ocasiones.... No volveremos jamás. La comida muy discreta...

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Lo mejor son los desayunos,la atención es maravillosa. Para comer los platos también están muy muy ricos aunque si que notamos que el precio está algo menos ajustado sobre todo con el tamaño de las raciones que es algo escasa. Igualmente es un local muy bonito que merece la pena conocer.

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Tienen muy buena ostra y con 2 variedades. Buenos vinos y el ambiente es bastante bueno. Ostras a 4 euros unidad

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Lamentable . Menuda hez de camarera prepotente que me ha preparado ostras secas y llenísimas de coral . Nunca mais!!!

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Llegue de casualidad a este sitio porque había metido mal la dirección de otro lugar al cual iba, pero por la hora decidimos entrar y la verdad nos encantó. El sitio está bien decorado y chulo, la atención muy buena, están pendientes de ti y la comida me gustó! Pedimos aguacate a la plancha con bonito y un canelón de carne en salsa de trufa que estaba genial y el postre tarta árabe. Pase un buen rato, volvería sin dudas!

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La calidad de la comida excelente. Comimos de entrante croquetas de jamón y calamares con huevo ambos muy ricos. De entrante elegí la burrata con atún que estaba muy buena aunque para el tamaño de la burrata el atún me pareció algo escaso. Pidieron también para compartir el solomillo entre dos con hambre y se les hizo bastante pequeño, en la carta pone que es para dos pero no es cierto ya que es más bien pequeño (se cobra por plato y no por peso). Para terminar, de postre pedimos la piña asada, no soy muy fan de la piña pero me encantó. También pedimos un par de tartas de queso para compartir, una estaba menos hecha y otra bastante hecha y claramente nos quedamos con la menos hecha. Comimos en la terraza y aunque hacia algo de viento se estaba bastante bien.

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