Ai pie del ponte

Mejor experiencia en nuestro viaje. Ai pie del ponte fue un rinconcito que encontramos por casualidad mientras paseábamos. Un lugar muy pequeñito, con apenas unas cuantas mesas, en un lugar extremadamente tranquilo (nada de gente pasando constantemente) y justo al borde del canal. Pedimos dos platos de pasta y unas bebidas y tanto mi pareja como yo tuvimos claro que era la mejor que nos habíamos comido en el viaje. Los productos eran de buenísima calidad. Pero cualquier cosa que pueda decir hasta ahora es poca en comparación con lo mejor que tiene este lugar: la atención de su dueño. Andrea es una persona increíblemente atenta. No es solo que tiene una buenísima educación (y que habla varios idiomas con soltura, entre ellos el español) y que explica en absoluto detalle la preparación y procedencia de los ingredientes de su cocina si le preguntas, es que tiene algunos gestos que son los típicos que tiene una persona que le gusta lo que hace. Hubo muchísimos gestos así, pero pongo uno de ejemplo con las bebidas: mi pareja quería vino blanco y le trajo a ella dos para que los probara en lugar de traerle el de la casa directamente. Y yo que me había pedido una cerveza veo que trae un vaso con agua lleno de hielo además del botellín. Y me extrañó porque ya habíamos pedido agua. Cuando mi mujer decidió qué vino quería, tiró el agua con hielo al canal y me sirvió la cerveza en ese vaso. Todo el esfuerzo solo para que estuviera más fresco. De verdad q

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Maravilloso! Trato super personalizado y exquisito. Elaboración propia y al momento. Todo lo hace él.

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Comida muy buena y al precio de cualquier otra ciudad italiana. Tiene pocas mesas, lo que hace que la atención sea más cercana. Cuando fuimos, el camarero era también el cocinero. Para el que tenga dificultad con los idiomas, habla muy bien castellano. También inglés.

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He pasado 5 días en Venecia y he estado dos veces aquí. Andrea es un encanto y aunque la carta no es muy amplia, esta todo riquísimo. He probado desde el plato de embutidos y quesos hasta la sopa (o crema), la pasta y los postre y todo estaba riquísimo. Además tiene una gran variedad de vinos italianos que puedes probar y de los cuales, Andrea es capaz de darte una reseña. Sin lugar a dudas es uno de esos sitios que lejos de ser mediocre (como la mayoría), te permite disfrutar de la gastronomía italiana y dejarte una sensacion tal como para repetir.

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Una cena espectacular, terraza tranquila al lado de un canal. Una carta escueta pero variada. Tablas de quesos y fiambres, pescado y pasta del día. Todo un acierto. Destaca sobretodo la amabilidad de Andrea, su dueño. Para repetir sin dudar.

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