Torna Combarro

Comí aquí después del paseo en barco de la excursión, estaba vacío en el interior y pude sentarme y comer tranquilamente sin miedo a perder el bus. Normalmente, según dijo la guía, la gente reserva mesa en el Tinta Negra, con lo que suele estar lleno, el Torna en cambio se ve que no, y pertenece a la misma empresa, Tinta Negra Combarro S.L., así que me imagino que el menú será similar. De beber tomé una Coca cola Zero que costó 2,40€. Para picar pusieron unas galletitas saladas y una bola de queso crema. De entrante pedí unas croquetas de chipirones en su tinta, estaban buenas, pero no muy sabrosas. Costó 12€, un poquito caro. Después pedí solomillo de ternera, acompañado con patatas, pimiento rojo y tomate, y estaba muy bueno. Un precio razonable de 22€. Finalmente, de postre tomé tarta de chocolate con un sirope de fresa y nata, la cual estaba muy buena. La nata es espesa y bastante buena, la parte de chocolate es bizcocho blandito, y entre el bizcocho y la nata hay hilos de un sirope de fresa. El precio fue de 6€, un precio normal para estos tipos de postres. El servicio estaba atento, aunque se notaba que eran bastante bisoños. Y lo mejor del restaurante, las vistas, comer con esas vistas es bastante agradable.

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Un 1010 he ido con mi pareja y mi madre ,buscábamos un lugar en el cual comer calidad a un precio decente en pleno centro de combarro. Calidad, servicio, vistas y comida de exquisita. Repetiremos sin duda! Lo recomiendo

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Muy buen producto - se nota la calidad y se paga por ella. Probamos las croquetas de tinta de chipirón, las navajas y el solomillo de atún rojo y todo estaba delicioso, especialmente el atún a recomendación del camarero. Nos atendió el camarero de gafas y me gustaría destacar su trato ya que fue un servicio de 10. Muy recomendable.

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Fuimos 2 a comer un día de julio entre semana sin reserva. Por la fama del pueblo recomendaría reservar Las vistas desde la terraza interior son muy bonitas. El servicio muy atento y rápido. Pedimos pulpo a compartir y dos platos, secreto y bacalao. Todo muy bueno, sobre todo el pulpo, y con buenas raciones. Con bebidas y cafés, salimos a 30€ por persona Recomendable

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Comer mirando al mar ya es un lujo. Pero hacerlo con el agua bajo los pies y una paella de pescados de roca delante… eso ya es otra historia. Las croquetas de chipirón en su tinta no son buenas: son memorables. De otro planeta. Saben a mar, a Rías Baixas, a tradición bien hecha, a cocina auténtica, sin tonterías. Llevé a gente exigente y salieron encantados. Y nosotros también. Porque cuando un proyecto de negocio está tan bien hecho, cuidándolo todo, lo justo es repetir y volver. PD: Gracias Fernando, por reservarnos una buena mesa y por hacernos flipar como bien decías.

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