Taberna Las Farolas

Lo siento, me engañó con la carne y me sentó fatal. Muy mala calidad.

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Ayer fui a este restaurante con mis padres y una amiga, ya que la última vez que fui fue hace al menos 15 años. Recuerdo que la comida era buena, buen servicio y todo perfecto, pero nada más lejos de lo que descubrí ayer. Me pedí lagartitos, que costaban 8€. Pero en realidad fueron patatas fritas con lagartitos. O sea, había muchísimas más papas fritas que carne. Mi madre se pidió caldereta, que la carne estaba tan dura que era incomible. Mi amiga se pidió un revuelto de gambas. Se comió dos gambas y me dijo que estaban malas. Probé una y sabía a orina. Así que devolvimos tanto el plato de mi madre como el de mi amiga. Cuando le pedí la carta, ésta se le cayó al suelo y, en vez de darme otra, me dio ésa. Detalle que veo feo al poder estar sucia. Ya no sabíamos ni qué pedir porque nos daba miedo. La camarera no podía ser más antipática. Cada vez que se llevaba los platos de vuelta, hablaba con otra camarera y miraba para atrás con mala cara, al sitio donde estábamos. Pero ahí no acaba todo. RECORDAD REVISAR LA CUENTA SIEMPRE ANTES DE PAGAR!!! Esto es un consejo imperioso. Revisé la cuenta y me quisieron cobrar 9€ por los lagartitos, cuando en la carta ponía que valían 8€. Además me cobraron 3,20€ por el pan y los picos, ya que en la carta pone que son 0,80€ por comensal. Pero es que ponen 1 bollito y unos picos, ya seamos 4 ó seamos 1. Si yo fuera solo me cobrarían 0,80€, pero si vamos 4 nos cobran 3,20€. La cuenta está bien hecha, con la diferencia de que siempre ponen la misma cantidad de pan y picos, seamos los que seamos. Si hemos consumido sólo 1 pan y picos, no pueden cobrarme 4 panes. Además de que es ilegal, ya que ninguno de nosotros pedimos el pan ni los picos. Todo lo que no se pida en cualquier bar o restaurante, que te pongan los camareros por delante, no tienes por qué pagarlo, aunque lo consumas. Eso dice la ley. Después de todo esto os aseguro de que no volveremos allí jamás ninguno de nosotros. Mi padre es amigo del dueño, pero hasta mi padre quedó decepcionado por la comida y el mal trato de la camarera. Que nos atendía con malas caras y no prestaba nada de atención cuando la llamábamos. Y eso que estábamos prácticamente solos en el restaurante. Es una chica rubia. Esto es todo. Eso sí, las cabrillas muy ricas (eso dice mi padre, porque yo no las comí) y las pijotas. Pero todos nos quedamos con hambre. Casi como si no hubiéramos comido nada. Pagué 35,70€ por casi nada de comida. Todo un robo y mal trato. Os aconsejo que leáis siempre las malas experiencias, ya que son las reales. La mayoría de buenas experiencias suelen ser de amigos de los trabajadores de los restaurantes, pero las malas experiencias son las reseñas reales. Salu2.

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Pocas opciones de tapa. Pedimos una ración de solomillo al whisky y las patatas estaban pasadas de fritas pero la carne estaba bien y la salsa bastante buena. Un bar más pero no es una locura.

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Sin duda, uno de los mejores sitios de Sevilla para comer caracoles y cabrillas. El pescado frito es otra maravilla.

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Tengo pendiente comer en este sitio pero es que llevo toda la temporada de caracoles comprándolos aquí y no he probado mejores caracoles en 20km a la redonda. También he probado las cabrillas en salsa y son un espectáculo.

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De lo mejor de umbrete

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Está bien

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Todo muy bueno y buen precio. Volveremos seguro. Muy recomendable. Fácil aparcamiento y mesitas al sol si apetece. Trato cordial

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Taberna Las Farolas, un festín que deleitó nuestros sentidos. Boquerones, pulpitos, acedías y pollo frito adobado, todos fritos a la perfección. La ensaladilla, un placer. Menudo exquisito, la carrillada muy tierna, croquetas correctas y el clásico revuelto de papas con chorizo que nunca decepciona. La milhoja de postre, un dulce final encantador. El servicio fue destacado, atento y eficiente, y la cerveza, frescura en cada sorbo. Aunque el ambiente podría mejorar con una decoración más moderna. En resumen, Las Farolas ofrece una experiencia gastronómica sólida con un servicio ejemplar. ¡Una parada obligatoria!

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Reservamos por las reseñas y la verdad fue un acierto, la comida exquisita, pedimos boquerones muy grandes y la fritura espectacular poca harina y en su punto, pedimos varias tapas, la ensaladilla hacía tiempo que no probábamos una ensaladilla de verdad como la que hacían la abuelas en casa con todos sus ingredientes (no solo papá y mahonesa), croquetas de puchero caseras, revuelto de la casa del jefe, una innovación sobre la marcha! Tapitas de menudo,.asedías de trasmallo, carrillada ... Y el pan unos bollitos de pan de verdad, crrujientitos, en fin todo delicioso pero lo mejor el ambiente y el servicio de 10, muy atentos en todo momento y trato familiar, no se puede pedir más, seguro que volvemos! Os lo recomiendo!!

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Camareros super educados y profesionales!! Todo buenísimo y sobre todo muy bien atendidos!! Taberna 100% recomendable.

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Buena comida casera. Variada y a buen precio. Atención muy amable y rápida. Un sitio muy agradable para tomar tapas o raciones

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