Roble

Estuve comiendo un día tras la pandemia y comí francamente mal. El trato bastante bueno pero la comida no me gustó.

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Muy rico todo. Muy bien de precio. Atención inmejorable

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Comida muy rica y raciones abundantes. Los camarer@s muy agradables. Relación calidadprecio formidable. Repetiremos sin duda.

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No voy a ponerme exquisita en opinar sobre la comida como si fuera una experta pero sinceramente una tapa de raxo,con vinagre balsámico está un poco raro y a parte la carne sabía mal como si estuviera pasada y por eso el uso del vinagre. Después pedimos una ración de chipirones con patatas fritas y que bueno tampoco son platos con gran elaboración.para que nos trajeran ya los platos,el pan y las bebidas tardaron la vida y que decir de la comida... Llegamos a las 15:40 y salimos a las 17:00 pidiendo solamente los platos citados anteriormente, ya ni se nos ocurrió pedir café ni postre ya que si no saldríamos de ahí mañana. Fui por probar un sitio distinto sin influencias de las reseñas y ahora me uno a decir que sinceramente y sintiéndolo mucho no volvemos mi pareja y yo. Finalmente precio alto para la calidad de comida.

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Antiguo local de A caso do cura, se pidieron unas tapas para cenar, y a pesar de estar el camarerococina solo, atendió rápido y fue atento.En cuanto a la cena, el salpicón es normalito para mi gusto, los chipirones están buenos (eran fritos y con patatas). Al final el precio bastante bien.

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Un desastre, fuimos a pesar de haber leído varias reseñas sobre el mal servicio en este local. Confirmo las críticas leídas sobre un servicio lentísimo y con muy mala organización entre los camareros. Da la total impresión de qué se olvidan de que estás allí. Tardaron 20 minutos en servirnos la bebida, media hora en tomar la comanda y otra media hora en servir parte de la comida a pesar de haber pedido todo junto. Se olvidaron de poner pan tanto en nuestra mesa como en las dos mesas que teníamos al lado. Varias mesas se quejaron, una de ellas a punto de irse de tanto tiempo que llevaban esperando para comer. Vimos como uno de los camareros entraba en la cocina y repartía patatas y croquetas en varias fuentes con las manos, sin ningún tipo de higiene.

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