Nomo Braganza

El grupo gastronómico emplea a casi 200 personas y cumple 15 años triunfando con su oferta de cocina japonesa en Barcelona y Girona. Su primer local en Madrid, abierto en plena pandemia, sigue su estela. "La clave de Nomo es que estamos muy bien compensados: el sitio es bonito, el servicio es bueno, la cocina también. Y algo muy importante, sabes que vas a pagar un precio muy correcto"

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El chef Naoyuki Haginoya ofrece una variada carta con opciones que abarcan su amplia trayectoria en diferentes barras de sushi, izakayas y yakinikus en Tokio. A la excelente comida, que fusiona la cultura mediterránea con la gastronomía nipona, y la cuidada presentación de los platos hay que sumarle el encanto del sitio y la exquisita atención del personal de sala. ¿Se puede pedir más?

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Nomo es el sueño de Borja Molina-Martell junto a su hermano Juan, Ramón Jiménez y el chef Naoyuki Haginoya, un sueño que cumple diez años y que se celebra con un séptimo espacio, esta vez, ya tocaba, en Madrid. Su premisa fue innovadora en sus inicios, tal vez ahora ya no sea tan única, pero está tan bien elaborada y enmarcada que se saborea con mucho gusto. Es un restaurante nipón no apto para puristas inflexibles si no más bien para quien quiera divertirse con excelentes bocados que, sin descuidar sus bases orientales, de lo que tiene mucho que decir su chef, da una vuelta a lo que ya se nos antoja típico.

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Un trato del responsable tan desafortunado que nunca más volveré y lo desaconsejaré a todos mis amigos y conocidos. Hoy he vivido la peor experiencia en un restaurante que he vivido nunca teniendo en cuenta que por trabajo he tenido el privilegio de disfrutar de comidas en maravillosos restaurantes en Madrid, y ciudades varias a las que tengo que viaje. Y no tiene nada que ver con la comida que hemos disfrutado hoy que ha sido de nuevo espectacular. Fui a Nomo el martes pasado, con una amiga, y disfruté tanto de la comida que ese mismo día reservé para comer hoy sábado con mis hijas y el novio de la mayor. El camarero me indicó que mesa reservar, y así lo hicimos. De paso, reservé para una comida de trabajo para el próximo martes. Loca de comida japonesa, asidua de Kabuki y Sushi 99, descubrir la cocina de Nomo me abría puertas para organizar allí mis comidas de trabajo y volver con mi familia y amigos. Sinceramente, la creatividad, calidad y un espacio y un servicio ad hoc a lo esencial, la comida, me llenaron de ilusión para volver en multiples ocasiones. Sin embargo, mi experiencia de hoy con el responsable del restaurante, me ha dolido profundamente. Os voy a intentar resumir lo que ha pasado. Al llegar hubo un desencuentro con la empleada que me recibió y me indicó que la mesa que reservé presencialmente el martes anterior por indicación de un compañero suyo, estaba ocupada. Al indicarnos que nuestra mesa estaba en el sótano, le insistí que yo prefería en el piso de arriba con grandes ventanas a la calle. Tras mi insistencia, debida a la frustración que me generaba la situación, la camarera finalmente, nos recolocó en una mesa perfecta en la planta luminosa. Y como indiqué más arriba, disfruté con mi familia de una comida excepcional. Sin embargo, cuando salía a la calle a fumar un cigarillo dejando a tres personas en la mesa, una camarera me persiguió para recordarme que tenía que pagar la factura, acusándome, deduzco, de pretender hacer un sinpa. En la vida me ha ocurrido algo así, y menos cuando mis hijas seguía tranquilamente sentadas en la mesa. Desconcertada, pedí hablar con el responsable y éste, tras contarle lo ocurrido, me atacó, acusándome, sin darme pie a defenderme, de mal trato a sus empleados, de gritarles, de falta de respeto. Todo ello ocurrió además delante de mis hijas, que acababan de pagar la factura mientras yo salía a fumar. Una de mis hijas es discapacitada, y ambas se quedaron muy afectadas por el trato que recibí. Como era de esperar, he anulado la reserva de la comida del martes y, desgraciadamente, nunca volveré a Nomo y desaconsejaré ir a todos mis conocidos. Siendo personalmente de Barcelona, extrapolaré mi consejo a mis amigos de la ciudad condal. Qué pena tan grande que la falta de un profesional por su incapacidad de trato con un cliente me lleve a esta situación.

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Cocina Japonesa de calidad. Local amplio, muy bien decorado y con un ambiente muy agradable. Personal muy amable, profesional, quizás la comida la sirven un poco rápido de más. Comida rica, muy buena calidad y bien tratada. Fusión de japonés con otras cocinas. Un gran lugar para disfrutar de una buena sobremesa degustando platos nipones.

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Increíble restaurante japonés. Para empezar, el local está muy bien ambientado, es un único salón alargado con diferentes tipos de mesa, pudiendo incluso comer en barra. El concepto de la carta es muy interesante: a través de un QR miras los platos que te gustan. Cada uno de esos platos cuenta con un número. A su vez, en cada mesa cuentan con una especie de pizarra en donde encontrarás todos los números de la carta. Para pedir, tienes que colocar los imanes en el número correspondiente. A nosotros nos ayudó estupendamente el camarero. Se nota que llevaba mucho tiempo. La verdad es que un 10 en el servicio. La comida increíble. Nos encantó todo. Volveremos seguro. De lo mejor que hemos probado en Madrid por ese precio. Sorprende muchísimo el sabor en boca. Volveremos!

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Es una agradable experiencia comer aquí. Se siente la frescura de los ingredientes y el servicio es ameno y de calidad. El sashimi está increíble y el taco de tartar de atún es excepcional. Los postres son balanceados y por los que vale la pena reservar un espacio de la comida. El ambiente es cálido y ameno. Resaltó especialmente que tengan ascensor para las personas que tengan dificultad para desplezarse por las escaleras.

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Era la primera vez que iba pero me llevo un amigo dado a que es de sus restaurantes favoritos. No es el típico japonés o asiático. Todo lo que probamos estaba espectacular, el local es muy bonito y el personal encantador. Volveré pronto sin ninguna duda.

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Hemos ido dos veces en menos de una semana, eso define lo bueno que es este restaurante. No es el típico japonés o asiático, realizan una fusión perfecta entre comida oriental y española. El local es muy agradable y el personal encantador. Volveremos pronto sin ninguna duda.

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Muy recomendable! El local no es muy grande pero la atención es exquisita y la comida está buenísima. Puedes sentarte en la barra donde los cocineros preparan los platos. Comida japonesa de alta calidad y muy buena presentación. Volveremos sin duda! Fueron 61€ con postre sin vino.

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