Mesón Viejo Del Jamón

Somos de Málaga y fuimos a Fermoselle a conocer toda esa zona. Un amigo nos recomendó parar aquí a comer, y fue todo un acierto. Paramos a la ida y a la vuelta. La comida estaba espectacular con muy buenos precios. Y la atención, inmejorable. Enhorabuena a todos el equipo.

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¡Una auténtica joya en la carretera! Paramos por casualidad y nos llevamos una grata sorpresa. Los ibéricos son de primera: jamón, chorizo, lomo… todo con un sabor intenso y de excelente calidad, perfecto para abrir el apetito. Pero lo que realmente se lleva la palma son los huevos fritos con jamón: yema en su punto, bordes crujientes y un jamón por encima que se funde con el calor del plato. Una combinación sencilla pero gloriosa. Servicio rápido y amable, ambiente limpio y acogedor. Ideal para hacer una pausa y disfrutar de una comida con sabor de verdad. ¡Repetiremos sin duda!

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Un gusto disfrutar de esos platos. Está todo buenísimo, el jamón es una delicia, hasta el pan está bueno! Buen servicio, carta muy variada y a buen precio. Hay buenos salones donde poder disfrutar de este restaurante. Aparcamiento en la puerta.

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Es un auténtico templo gastronómico de Castilla y León. Ubicado en Cuatro calzadas a 10 kilómetros de Alba de Tormes y a 30 kilómetros de Salamanca, dispone de amplio parking gratuito y se recomienda reservar sobre todo los findes. Es un restaurante muy grande ya que dispone de varios salones cubiertos elegantes, amplios, luminosos y muy bien atendidos por personal amable, profesional y educados. También dispone de una amplia barra para comer allí sentado y de un salón con gran cristalera para comer con vistas al exterior. Elegí un menú de fin de semana por 25 euros que incluía un primero, segundo, postre, bebida y pan. Disponían en dicho menú de 6 primeros y 6 segundos. Lo mejor es que no tardan ni 15 minutos entre que te toman nota hasta que te sirven los platos. De primero podías elegir entre ensalada César, lasaña de berenjenas, salmorejo cordobés y me decanté por un arroz con presa ibérica y boletus que fue toda una experiencia gastronómica. Realmente sabroso, bien cocinado y presentado y generoso en su cantidad. De segundo elegí el plato estrella del restaurante que son las patatas fritas con dos huevos y jamón de Guijuelo. El segundo plato resultó una delicia exquisita y una mezcla de sabores espectacular, los dos huevos de gallinas canoeras, las patatas fritas naturales y caseras y sobre todo las lonchas de un jamón de Guijuelo para deleitarse con su sabor único e incomparable. La bebida fue una generosa jarra de barro de vino de la casa

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Los huevos rotos y la paella lo único que nos gustó de un grupo de 12 personas, la lasaña estaba pasada de un día al menos y otros platos reguleros. El personal muy atento y los postres bien. Me esperaba más calidad pero son especialistas en jamón y ya.

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