La Fragua

Hemos comido allí hoy y hemos salido super contentos. La comida muy buena, pedimos croquetas mixtas de jamón y cecina y super cremosas , se notaba que eran caseras, mi pareja ha pedido entrecot y yo chuletillas de cordero de lechal, buenísimo todo, sin duda repetiremos. El trato de 5 estrellas se queda corto. Todo super acogedor, la temperatura perfecta. Nos hemos sentido como en casa.

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Sólo puedo confirmar lo que dicen las otras reseñas: todo genial. Cabrito, solomillo, croquetas de cecina, queso, chorizo, ensaladas.... Eso sí, aseguraros de reservar porque hay muy pocas mesas (a nosotros nos ha costado 3 intentos 😄)

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El lugar más entrañable en el que hemos comido durante nuestra ruta de 3 días por los Pueblos Negros de Guadalajara. Un lugar que te transporta a la época de 1950. La comida está muy buena y las raciones son generosas. Como consejo para el lugar: los chorizos al vino los cortaría más gruesos para que no queden tan secos y la ensalada templada la acompañaría con una salsa de mostaza-miel. Dicho lo cual reitero que la comida estaba buenísima, productos de buena calidad y el trato que recibimos de Antonio fue magnífico, siempre pendiente de que estuviésemos atendidos, sin llegar a agobiar.

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Muy contento de haberme decantado por reservar en este lugar tras mi ruta en moto por La Muralla China de Guadalajara. Restaurante pequeño y acogedor donde destaca el producto. En mi visita pedí como entrante la ensalada templada de queso de cabra con cebolla caramelizada, pasas y nueces. Bastante cantidad de todos los ingredientes. Ideal para compartir pero en mi caso sirvió para hacer de almohada para el plato principal y motivo de mi reserva. Y ese plato es el rabo de toro en su jugo. Espectacular. Mantequilla en boca. No te hace falta el cuchillo, con solo pasar el tenedor ya se deshace y dejas el hueso limpio con facilidad. Obligatorio mezclar las patatas con la salsa y mojar con pan! De postre me decanté por el arroz con leche. muy ligados ambos ingredientes. Ni muy líquido, ni muy tosco, en su punto medio. Arroz al dente y cero empalagoso, cosa que agradezco. Muy majo el camarero también. Habrá que hacer una segunda visita para probar otras piezas de carne.

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El lugar es cuanto menos peculiar. Los dueños son agradables y atentos. Dejo algunas fotos de lo que tomamos 4 personas: 2 adultos y 2 niños. Todo nos pareció estupendo; es cierto que al postre le añadiría una crema de helado de chocolate blanco con base de galleta Lotus, por ejemplo, para dar un toque a las trufas, que quedan algo sosas. El rabo de toro nos encantó; era mantequilla; lo aconsejo. La salsa casera del bacalao y de los espaguetis estaba también buenísima. Es cierto que el precio nos pareció algo elevado, pero no pongo grandes pegas porque bien es verdad que ofrecen calidad, y el bolsillo duele menos.

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