Choco Restaurante

Rodeado de fogones desde niño y criado en el bar de sus padres, en pleno corazón del barrio de La Fuensanta, el futuro de Kisko García (Córdoba, 1978) estaba escrito. Pero había que darle forma, y en eso se afana aún hoy, media vida después de hacer de la cocina su profesión, un chef cordobés al que la luz que desprende la Estrella Michelin lleva alumbrando desde hace diez años.

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Córdoba es la tierra más ‘seria’ de Andalucía, la más formal, la que no responde a cada uno de los tópicos y estereotipos asociados al Sur, la que sin exagerar ni pretender destacar ha contribuido a la gastronomía con productos sobresalientes como el jamón de Los Pedroches, y el salmorejo, un plato que ha superado a su réplica, el gazpacho tradicional. El ajoblanco, la sopa que cambia el tomate por las almendras; el rabo de toro en Montilla Moriles, un plato tan cordobés y usual como el anterior; los flamenquines, y los adobos de ‘japuta’ (un pescado); constituyen todo un recetario en sí mismo, que se sublima en el Choco de Kisko García.

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El restaurante Choco todo forma parte de un plan, nada está colocado al azar. Los objetos y los espacios vacíos conforman una unidad en la que, hasta el sonido que flota en el aire por el meneo de las cortinas de cuentas, está medido al milímetro con el único propósito de conducir al comensal hacia una experiencia inolvidable y placentera. Choco no es un restaurante de alta cocina cualquiera, de los que son diseñados para crear una atmósfera concreta; nació en La Fuensanta porque no podía nacer en otro sitio, y lo hizo de la misma raíz que la taberna regentada por la familia de su capitán, Kisco García, lo que le confiere una sustancia especial.

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Sensacional¡ servicio de 10, y comida de 11¡ desde q llegas te hacen una experiencia unica. Muy chulo el ver como preparan los platos los chefs y hablar con ellos. Los camareros muy agradables y atentos. Y la comida especial, mucho sabor, buen producto, explosion en boca continua. Lo q mas nos ha sorprendido ha sido el primer postre de citricos, muy muy rico. Y el ultimo de chocolate con palomitas...creo q no dejara a nadie indifirente. Muy recomendable¡¡ hemos cogido el menu largo 😉

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Bonita ruta por la cocina!!!genial!!. La zona donde está el restaurante es un poco extraña en un barrio de mala apariencia. El local es pequeño pero acogedor , creo que el alano tiene poca iluminación, pero muy amplio y cómodo, el menú se toma en varias localizaciones del restaurante y un par de pasos en la cocina con los chef que es lo mejor que lo he visto en muuuuchos restaurante que conozco , un plus muy bueno. La comida la verdad que bien sin más, todo bueno sin sobresalir extraordinariamente para ser un estrella michelin. Quizás esperaba un poco más , pero buenas materias primas , buenas elaboraciones y cantidades correctas . Mención especial al choco sucio y al postre homenaje a media azahara. Y el personal de 10!!!

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Comida exquisita y única . Hace un par de meses tuve la oportunidad de comer en este lugar y, como restaurante con estrella Michelin, no defraudó al ofrecer una experiencia personal y única. Me gustaría hacer un inciso indicando que NO es lo mismo el bar que el restaurante, es en el restaurante donde ofrecen esa experiencia estrella Michelín. Puedes reservar en su web o por teléfono. Debido a que este tipo de restaurante es muy peculiar y dinámico (puede que ahora el menú sea distinto al que muestro en las imágenes), voy a dar algunas recomendaciones para ayudarte a decidir si te animas a visitarlo. Primero: los menús no representan sólo la gastronomía cordobesa, por lo que si tu idea es probar comida de la provincia de Córdoba pero más innovadora, no es del todo exacto. Se supone que el Chef intenta representar los sentimientos que surgen cuando piensa en Andalucía, dando un pequeño viaje por cada provincia. Segundo: si para ti es muy importante saciarte, es posible que te quedes con un poco de hambre. En mi caso pedimos el menú de 17 pases (Menú Kisko García) y, aún así, nos quedamos con un poquito de hambre. Tercero: si no te gusta el género procedente del mar o no te gusta ese sabor intenso a mar en determinadas comidas (marisco, salsas, etc), no vas a poder disfrutar numerosas de sus elaboraciones. Cuarto: si te cuesta hacer un gran desembolso para una cenacomida, este no es tu restaurante. No es de los más caros, pero el menú de 17 pases más bebidas puede llegar a 160€ por persona. Quinto: si has probado una gran variedad de restaurantes con estrellas Michelín, puede que pienses que no te va a sorprender. Sin embargo, le daría una oportunidad, cada restaurante tiene su propia personalidad. Sexto: si no aprecias este tipo de cocina donde cobran mucha importancia la habilidad, la genialidad, la textura, la delicadeza y la calidad en las elaboraciones, este no es tu restaurante. Espero que estos tips ayuden a los indecisos, para mí es un restaurante muy recomendable.

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Buen lugar para comer. Comida muy bien elaborada, con delicadeza, gusto, como corresponde a una estrella Michelín. Hay dos espacios: restaurante de primera categoría, y una sala al entrar, con terraza, donde degustar también una comida no de tan alta gama, pero muy rica también. El servicio es ejemplar, con mucha amabilidad y atención. Decoración sencilla pero elegante.

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Maravillosa experiencia gastronómica en Córdoba. Kisko sabe mantener la tradición del bar montado por sus padres medio siglo atrás y respetar el producto local como protagonista. Un estrella michelín que hay que visitar!

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Digna estrella, incluso más. Pedimos el menú largo, que servido a buena velocidad, nos llevó casi 3 horas de comida. El producto y la cocina exquisita. Por sacarle alguna pega, el principal de carne se quedó un poco escaso de cantidad y el postre se compuso de dos-tres platos, no recuerdo bien, basados en helado y para mí entender debía haber alguno caliente o al menos templado. Los petit fours muy buenos y excelentemente presentados

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Nos decepcionó un poco, llevábamos muchas ganas y no nos gustó mucho. Las croquetas buenas pero sin más. El flamenquin a pesar de ser algo diferente al normal tampoco aportaba mucho el queso cheddar. En cuanto al bacalao demasiado frito y poco bacalao pero la calidad del mismo era muy buena. Los postres fue de lo que más nos gustó, son pequeños pero muy ricos. El personal muy amable. El servicio algo lento en la terraza. Precio algo elevado para lo que es.

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