Café Bar el Manantial

Pedimos un pulpo al verlo en la mesa de al lado, cuando llega viene la mitad que allí, le preguntamos al camarero y nos hace caso, vamos dentro y el cocinero me enseña el envase del pulpo recalentado y me dice que es lo que viene en el paquete y es lo que hay y si no que me vaya a Benidord a hablar con su jefe… para no volver jamás por el trato y encima ver donde hacen y como hacen la comida.

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Está ubicado en pleno corazón de San Vicente de la Barquera, a escasos pasos del mar y muy cerca del emblemático Castillo del Rey, ofrece una parada informal pero sabrosa para quienes recorren esta pintoresca villa cántabra. Durante mi visita, pedí unas rabas de calamar y me sorprendieron gratamente: buena textura, fritura en su punto y sabor limpio, sin exceso de aceite. Acompañé el plato con unas patatas fritas con dos salsas, que resultaron ser un acierto. Las salsas aportaban un toque distinto, y las patatas estaban crujientes por fuera y tiernas por dentro. El local tiene una atmósfera sencilla. El servicio fue correcto y eficiente. Mi experiencia fue positiva y me pareció una opción honesta en cuanto a calidad-precio. Si estás explorando San Vicente y buscas algo rápido y sabroso, este sitio puede cumplir con tus expectativas.

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Hicimos una pausa a tomar un café y acabamos pidiendo un par de chocolates con churros. Los churros son pequeñitos, la mitad de uno normal pero no estaban mal. Van 6 por dos euros, aunq nos vinieron 14 (habíamos pedido 12). El chocolate parecía de brik en la textura pero estaba muy muy bueno. El ambiente muy bien, ubicación genial, una terraza acristalada q le da mucho encanto al lugar, pero el servicio a mejorar. Los camareros parece q no tengan ganas de trabajar, ni saben. Pasaron varias veces hacia dentro con las bandejas vacías cuando podrían haber recogido las mesas sucias, entre ellas la nuestra. Luego el camarero nos dejó los churros en la mesa antes de pasar el trapo, por lo q cuando lo pasó el azúcar de anteriores clientes, esparcido por la mesa volaba por todas partes, estando nuestro plato en la mesa. Una guarrada.

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Buena comida a un buen precio,le fallan los postres

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No solo la gente fue amable con nosotros y nuestro perrito(nos dejaron meterlo) sino que juntaron 2 mesas para nuestra comodidad , 3 adultos, el perrin y un carrito de bebé. La comida muy rica. De los pocos sitios aqui donde si coges el menú de los segundos mas baratos( no por ello peores) comes por tan sólo 15 euros y 18 los mas elaborados. Cantidades abundantes y buen sabor. Nose cono es un local tan poco puntuado, supongo que por un mal día del personal o de los propios clientes . Volveremos sin duda

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Si quieres vivir la experiencia de un escape room gastronómico, este es tu sitio. Desde el minuto uno te ponen a prueba: pides una cerveza y un agua, y el camarero, con toda su creatividad, decide que lo de los vasos es opcional. Debe de estar la vajilla en peligro de extinción. Luego vienen las raciones: las anchoas de Santoña eran tan finas que creo que había que pedir lupa para verlas, eso sí, nadando en un océano de aceite digno de una cata de oliva virgen (extra, seguro que no). Roncero estaría orgulloso. Las croquetas, insulsas; y las patatas con alioli y salsa brava… tan saladas que si las tiras al mar, sube la salinidad del Mediterráneo. Pero lo mejor es el servicio: pedimos platos y el camarero nos suelta que no cabían en la mesa. Un concepto revolucionario: la comida se comparte directamente del plato central, estilo “manada salvaje”. Cuando al fin se digna a traerlos, lo hace con una actitud que te hace replantearte si has ofendido a su familia en otra vida. La sorpresa es que los platos cabían perfectamente. La guinda del pastel: los de la mesa de al lado, recién llegados, reciben mantel, platos, vasos… hasta parecía otro restaurante. Igual tenían tarjeta VIP de “amigos del camarero”, porque si no, no se entiende. Que conste que en otras mesas estaban como nosotros. Conclusión: si quieres sentirte incómodo, mal atendido y encima pagar por comida regulera, adelante. Si no, mejor busca otro sitio donde el aceite esté en la ensalada, la sal en su justa medida y los camareros no te traten como si les debieras dinero.

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La comida, en relación con el precio, está bien. Sin embargo, la queja principal es respecto al momento de pagar. Un camarero (un chico latino) nos acercó la cuenta mientras estaba comiendo, con la boca aún llena, lo que resultó poco profesional. Además, el ticket que nos entregó no venía desglosado: no aparecía detallado lo que habíamos pedido ni el precio de cada cosa. Al pedírselo, nos hizo de manera improvisada un cálculo a mano, dictándonos los precios y diciendo que el total era el que era, y que eso debería bastar. Le pedimos de nuevo el ticket completo y lo trajo, pero con mala actitud y sin mostrar disposición a entender nuestra petición. Incluso al explicarle con ejemplos por qué es importante entregar el desglose desde un principio, se limitaba a repetir que el precio era el mismo, sin atender a razones. Finalmente decidimos marcharnos porque la atención fue poco resolutiva y nada profesional. Entiendo que pueda tener sus circunstancias, incluso que necesitara comer en ese momento, pero al tratar con clientes lo mínimo es mostrar seriedad y profesionalidad.

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Me asusté al ver las reseñas de otra gente, pero mi experiencia no fue para nada así. Calidad-precio bastante bien. El camarero muy agradable.

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Buena atención y desayuno riquísimo en especial el café que está impresionante y por no hablar de la tosta y la tortilla exquisita. Son muy muy amables sin duda para repetir. Gracias

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Todo muy bien, rápido, rico y un precio decente. Las anchoas especialmente buenas!

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Hemos comido un día festivo y el precio del menú estaba bien (14€) , la única pega el plato de pimientos , que era un poco escaso. El trato recibido por parte de los camareros ha sido muy bueno ( súper atentos y agradables) . También hay opción de comer en terraza . Nosotras hemos comido en la terraza y súper a gusto.

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No se si será por la fecha pero a nosotros no nos tardaron en atender mucho tiempo y los platos iban rápidos. Tenemos en cuenta que para un sitio de menú está correcto, cantidades normales, nuestros platos de cuchara estaba buenos (cocido y garbanzos con bacalao) y los segundos pues normales con sus patatas congeladas. El trato bien por los camareros no españoles, mientras que los de la tierra tirando a bordes. De vez en cuando olía un poco a alcantarilla pero bueno no llegaba a ser molesto. Sitio recomendado si, teniendo en cuenta eso que es un menú corriente si es lo que se va buscando

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