Bar de la plaza

Trato inigualable, precios económicos, buena comida. Te hacen sentir como en casa. Nos recomendaron las bravas y vaya que si!

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Trato inigualable, precios económicos, buena comida. Te hacen sentir como en casa. Nos recomendaron las bravas y vaya que si!

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Hacia mucho tiempo que no daba opiniones tan negativas sobre un local. También hacía mucho tiempo que no me trataban tan mal y comía tan mal como en este bar en la plaza de Bordón: poca cantidad y de peor calidad. Y nada de profesionalidad a la hora de atender y tratar al cliente. Bordón, pueblo para visitar (pero no comer) por su iglesia de la Carrasca. La reserva, la realiza una pareja de amigos, vecinos del lugar (al parecer el mismo día). Según me recriminan – a mí, que iba de “invitado” – que “había que reservar con más tiempo”. A un cliente, no se le recrimina estas cosas, o lo atiendes o no lo atiendes, es muy sencillo…Por otro lado, el menú: sopa cubierta, con fideos (que es lo único que tenía la sopa, fideos en caldo aguado); tras pedir plato combinado de huevo, con patatas y lomo, no tenían huevos y la carne, sin comentarios; el postre tampoco fue a gusto de nadie, sino “lo que había”… por fin, pagamos la “módica” cantidad de 18 € por cabeza, sin tiket en condiciones y mucho menos desglosado (una nota total de la cuenta en un papel). Era para no haber pagado, pedir Libro de Reclamaciones y llamar a la Guardia Civil. Pero por aquello de ir con amigos de zona, te cortas. Además, creo más en las redes sociales que en los organismos de consumo. ¡¡¡Mal vamos si se trata así al viajero que visita pueblos que viven en gran medida de su patrimonio cultural!!!

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No se puede ser más amable ni más trabajadores que la dueña y las hijas de este establecimiento. Después de trabajar en el pueblo nos cuidaron muchísimo. Nos prepararon unas pizzas deliciosas y todo a un precio estupendo. Servicio rápido y atención inmejorable. Hay que saber que estas en el medio rural y hay que adaptarse a lo que te ofrecen. Nosotr@s quedamos encantad@s.

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Trato deplorable, hacía tiempo que no veía un espectáculo así, mala educación y muy mal servicio, la comida que nos dejó comer (por que ella nos impuso lo que podíamos coger, un bocadillo de tortilla francesa). La cual tenía que ser la misma para los cuatro pues como nos dijo, no vive de esto, estaba penoso aceite recocido y abundante para una tortilla francesa quemada, lo único que se salvaba fue el pan del horno Félix que como siempre no defrauda. La única sorpresa fue el precio pues por un bocadillo de media barra, carajillo y zumo a penas nos cobro 5 euros. Como profesional del sector de la hostelería veo imposible que un establecimiento sea rentable así. Para no repetir

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Muy mal, Domingo 14.00, la terraza casi vacía, es más, mesas y sillas apiladas en la pared, dentro del bar mesas vacías, entramos para preguntar si se podía comer, tan solo 2 personas, sin reserva, preguntan y sorpresa sin reserva no dan de comer, a que teléfono llamo si no pone ninguno? Si vais a hacer la ruta the silent route, ir a cualquier otro bar o restaurante. Entiendo que no es por falta de sitio ¿?.ni siquiera nos dieron opción de esperar, los bocadillos preguntamos nosotros y eran fríos

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