Auberge du Crabère

La comida estuvo muy buena y son muy acogedores, lo recomiendo ++

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Al no haber estado en una habitación, no puedo dar una valoración al respecto, pero en cuanto al restaurante, la acogida y la simpatía de los propietarios, ¡nada de qué quejarse! ¡Una fondue excelente, un ambiente impecable, para recomendar con los ojos cerrados!

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Fuimos dos veces a comer allí por la noche y no nos decepcionó. Los platos son deliciosos y bien servidos en cantidad. La bienvenida es muy amigable. Restaurante para conocer en este pequeño pueblo que acogió la primera reintroducción del oso en los Pirineos. Lo mejor hubiera sido ver a la cocinera al final del servicio... pero gracias de nuevo por estar ahí.

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Espectacular el entorno y la ubicación. El servicio fue de primera y la comida excelente. Está regentado por una señora de Tahití muy agradable y entre las opciones para comer siempre hay una ensalada tahitiana con atún, tomate, zanahoria y leche de coco creo que era. La carne ya sea la de ternera o la de cordero, MUY buena y los precios son justos. Los precios por pernoctar son muy baratos, aunque hay que tener claro que el pueblo y los edificios son muy antiguos, los suelos son de madera, etc. Las duchas tienen muy buena presión, para aparcar siempre hay algún sitio sin problema. Y quizá de lo mejor es asomarse a la ventana por la noche con el cielo despejado, a los de ciudad nos da con la realidad en los morros.

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Un lugar mágico en medio de la montaña, lejos del ruido en medio de la montaña, el camino para llegar es algo complicado pero lo vale! El parking no siempre está disponible, pero puedes dejar el coche mas lejos. Las habitaciones muy guapas, pero la duchas son muy, pero muy pequeñas.

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